Reflexión sobre el trabajo en grupo



Ha llegado el momento de la valoración del trabajo en grupo que hemos realizado en el curso de Tutorización de Cursos del CRIF de Las Acacias, y quisiera compartir con vosotros algunas de mis reflexiones.

Las tareas del Tema 2 estaban relacionadas con el trabajo en grupo: con su gestión, con la resolución de problemas y, sobre todo, con la labor del tutor en estas dinámicas.

Lo que he visto
He visto que es fácil llegar a acuerdos cuando trabajas con gente comprometida, con la que estás en sintonía.
Cuando tocó elegir el grupo de trabajo, reconozco que "investigué" un poco a mis futuros compañeros. Soy una persona a la que le gusta tomar decisiones por consenso, no por mayoría, así que opté por el grupo de gente que me pareció más abierto a nuevas dinámicas, a mantener un diálogo constructivo y a valorar positivamente las aportaciones de los demás.
No éramos un grupo; éramos un equipo, y las diferencias entre una cosa y la otra son notables:

Fuente: http://www.filocoaching.com/

¿Qué problemas podrían haber surgido?
No tuvimos problema alguno durante el desarrollo de nuestra tarea me hizo plantearme algunas cuestiones:

  • ¿Y si alguien no participa lo suficiente? ¿Merece la misma valoración que el resto?
  • ¿Y si alguien no se muestra respetuoso, y ataca de manera destructiva las aportaciones de los demás?
  • ¿Y si alguien pretende imponer su criterio por encima del general?
Trabajar en Equipo requiere COMPROMISO...." de Rafael Range, con licencia Creative Commons



Todas estas cuestiones son complejas, y me hicieron plantearme cuál sería mi papel como tutora en el caso de que estas se produjesen. La actividad de los casos prácticos (en los que surgían estos interrogantes y algunos más) me permitió situarme en ambos roles: el de integrante de un equipo y el de tutora. Llegué a la conclusión de que, para llegar a una situación satisfactoria en todos los casos, todos los miembros del equipo debíamos conducirnos con responsabilidad, establecer roles claros y eficaces y participar de una manera lo más equitativa posible, aun a pesar de las circunstancias personales y profesionales de cada uno de nosotros. Creo que la siguiente infografía resume muy bien cómo llevamos a término estos puntos: 

Fuente: http://www.jblasgarcia.com/

¿Qué preguntas me han surgido una vez que he realizado las tareas y he conocido las experiencias de trabajo de primera mano?
La primera pregunta que me surge después de la realización del trabajo es si, verdaderamente, el trabajo con adultos que participan en un curso en línea conlleva toda esta cantidad de problemas añadidos.
Como tutores debemos pensar que no somos inmunes a estas situaciones, pero que tampoco estamos solos; contamos con la ayuda del coordinador, que se ha enfrentado mil veces a estos problemas y para los que la experiencia es un grado. No debemos dudar en pedir ayuda; eso no nos convierte en peores tutores, sino en profesionales consecuentes con nuestro trabajo de guía y de orientación.
Al mismo tiempo, ¿es necesario que el tutor intervenga cuando el trabajo del equipo se está desarrollando con normalidad? Probablemente no, pero nunca está de más una palabra de apoyo, de felicitación o, incluso, de agradecimiento. Tenemos la fea costumbre, en nuestras aulas, de dedicar más tiempo a los alumnos disruptivos o poco trabajadores que a aquellos que, en efecto, están desarrollando un gran trabajo. Deberíamos ser capaces de equilibrar esa situación y, en los cursos en línea, aunque seamos adultos, también somos alumnos (y a nadie le amarga un dulce).
También me pregunto si los diferentes niveles de competencia con las TIC pueden ser el verdadero problema del mal funcionamiento de un equipo. Con respecto a esta última cuestión, he llegado a la conclusión de que, como dicen Begoña Gros y Juan Silva, "las dificultades para llegar a un proceso colaborativo se deben mucho más a los problemas de comunicación entre los participantes que a los aspectos técnicos de los programas o plataformas utilizadas" (Gros y Silva: El problema del análisis de las discusiones asincrónicas en elaprendizaje colaborativo mediado. 2006), así que creo que se trata más de reconducir este tipo de situaciones a través de la inteligencia emocional, más que dedicarme como tutora a dar cursillos acelerados de ofimática y de internet.


¿Cómo puedo aplicar lo aprendido a mi trabajo diario?
La gestión de equipos, a mi parecer (y creo que ya lo he expresado en alguna otra entrada del blog), es uno de los trabajos más difíciles que existen. En el aula, y según en qué grupos, es casi imposible. La investigación que he realizado para este trabajo me ha conducido a un método sistematizado (que me ha encantado) y que pondré en práctica para el próximo proyecto de los chavales. Se trata de una entrada en un blog que recoge organizadores gráficos para el trabajo en equipo, con instrucciones concretas para su aplicación; es un trabajo de Daniela Gimeno que podéis ver pinchando este enlace: https://retolab.wordpress.com/2017/09/17/organizadores-graficos-para-trabajo-en-equipo/
También he encontrado un artículo muy interesante que me ha dado bastante orientación para la tutorización en un aula virtual y que recomiendo encarecidamente que leáis: http://e-spacio.uned.es/fez/view/bibliuned:revistaRied-2009-12-2-2060


En resumen...
El trabajo me ha resultado muy interesante y el diálogo con mis compañeros de equipo, de muy diferentes campos y sensibilidades, ha sido muy productivo y enriquecedor. Si ha salido todo tan bien ha sido porque sus aportaciones siempre fueron respetuosas, perfectamente argumentadas y con un criterio sólido de base. Me siento muy orgullosa de la tarea que, entre todos, hemos realizado.

Fuente: Daniel Rubio, alanrg_07, en https://www.flickr.com/

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